Publicado originalmente en La casa de san Jamás.
Me impliqué en la iniciativa de la Editorial Tagus, editorial virtual de Casa del Libro porque me pareció interesante la sinopsis de este ensayo, y aunque nunca pensé en ganar este concurso, lo importante es participar y aprender de otros blogs. La obra resulta interesante, pero como siempre, con sus peros, que siempre o casi siempre los hay.
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Mi opinión:
Un ensayo interesantísimo en el que se desvelan muchas falsedades y que ayuda a comprender cómo una manipulación hecha con arte puede resultar a ojos del mundo la verdad más absoluta. En este caso, lo interesante es ver cómo un autor contrastado y que vende cientos de miles de libros, no comprueba ciertos hechos y los incorpora a su libro como ciertos.
Es una obra bien documentada y con multitud de datos y fechas para ayudar a la comprensión del embrollo que se monta en este mito moderno que trata de desmitificar el autor. Nos abre los ojos sobre ciertos hechos históricos que siempre han sido contados de forma sesgada y además, como ya decía antes, nos muestra lo fácil que es conseguir que una mentira tome cuerpo de verdad y todo el mundo la respalde como si en ello le fuera la vida. En ese sentido, en el del fondo, el libro es muy interesante y creo que merece la pena leerse.
Pero luego está la forma. Ahí entiendo que hay errores importantes, al menos en mi opinión. En esta ocasión voy a cambiar la forma de presentar el último punto de los habituales en mis reseñas porque al leer el libro en formato digital, es más difícil concretar páginas en las que se producen los errores. Debo aclarar que en este libro no he encontrado faltas de ortografía, y si las hay se me han pasado, pero sí otras cosas que creo que hay que contar.
Como he dicho antes, no he encontrado faltas de ortografía, si bien en el conjunto de la obra encuentro ciertas cosas que me chirrían un tanto. Es mi opinión, y supongo que quienes lean esta reseña y hayan leído el libro o el propio autor no estarán de acuerdo, pero creo que debo decirlo.
- En muchos párrafos el autor narra en tiempos verbales distintos pasando del futuro al presente o pasado sin ningún orden. No me gusta demasiado, sobre todo teniendo en cuenta la seriedad que se quiere dar al libro.
- En relación con lo anterior, tampoco me gusta para un ensayo de este tipo el uso de diminutivos acabados en «ico». Demasiado «popular». En este mismo sentido, la utilización del verbo «joder» o del término «papelajo», que además no aparece en el diccionario de la RAE.
- En mi opinión, uso excesivo de la fórmula «sea como fuere». Creo que aparece demasiadas veces en el libro.